Crítica de “El Elefantito”, por Alfonso Arribas

Crítica de “El Elefantito”, por Alfonso Arribas

(por Alfonso Arribas en “El Norte de Castilla”)

Un honesto montaje infantil:

“Uno de los secretos del buen teatro infantil es la seriedad con la que se afrontan los proyectos, y éste de La Canica sobre un cuento de Kipling cumple con la fórmula. Es un espectáculo muy honesto, bien trabajado, realizado con el candor necesario para atrapar a un público movedizo, normalmente acrítico y de atención intermitente.

Las dos actrices que son también narradoras y manipuladoras cumplen un trabajo extraordinario porque a todo lo que hacen le ponen dulzura que no empalaga, y humor que no chirría. Al fondo de la narración, como un paisaje que se observa desde la distancia, aparece la moraleja propia de estos casos, en esta ocasión dedicada al respeto por la diversidad.

Al servicio de la historia La Canica conjuga técnicas teatrales diversas entregadas en pequeñas dosis, de modo que las canciones, los números de danza, las representaciones simbólicas y el desfile de marionetas, tienen un peso equilibrado.

Con estos recursos se desgrana el viaje de un pequeño elefante por la geografía africana en busca del cocodrilo, a quien desea preguntarle por su dieta. Desoyendo el consejo de su madre, la cría emprende aventura empujada por su natural curiosidad, y así se topa sucesivamente con una gallina de Guinea, un hipopótamo retozón, un mono saltarín, un menos temible león y por fin el cocodrilo. Descubre el mundo y comprueba que los elefantes no están solos sobre la tierra.

Lo mejor del espectáculo es sin duda la creatividad que muestran estos animales de trapo, creados a partir de retales y utensilios cotidianos a los que no se adornan innecesariamente: la expresividad de lo inerte es aportada por la manipulación de las dos actrices. Para el león apenas hacen falta dos cojines, y para la gallina una combinación de plumeros; los elefantes son camisetas con una de sus mangas como trompas, la jirafa una bota de caña al revés y el caracol un guante cubierto por un gorro helicoidal.

La Canica ha aportado sencillez, profesionalidad, cariño y vocación a Titirimundi 2006, con un montaje infantil que trabaja con nobles objetivos que van más allá de la risotada.”

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad