(Por Toni Rumbau en “putxinelli.cat”)
“En el espacio Orfeó de Lleida se pudo ver el último trabajo de esta conocida y prestigiosa compañía de Madrid, La Canica Teatro, creada por Eva Soriano y por el director y titiritero Pablo Vergne: Orfeo. Una obra que se estrenó al FETEN de 2020 y que ya de entrada recibió el premio a la Mejor Propuesta de un Clásico.
De nuevo, se pudo constatar la grande maestría de Pablo Vergne y su capacidad de explicar historias, por complicadas que sean, con los recursos más sencillos, con unos títeres que podríamos denominar ‘de mesa’ (se mueven encima de una mesa) hechos con materiales muy básicos y casi bien abstractos, así como el uso de multitud de objetos cotidianos para la escenografía. Las titiriteras-actrices que interpretaron la obra fueron Daniela Saludes y Esther Blanca. Su dominio de las voces y su larga experiencia al saber estar detrás del títere, como un tipo de dobles alejados pero a la vez próximos a los personajes, fueron los otros ingredientes esenciales de la obra.
El gran mérito de la propuesta es haber explicado el mito de Orfeo sin regatear ninguno de los aspectos más difíciles y oscuros del mito, con una naturalidad absoluta, un ritmo impecable que te atrapa desde el primer momento, un lenguaje fresco e irónico, en la línea habitual de este maestro de la ironía que es Pablo Vergne. Se consigue así la necesaria fluidez narrativa que hace que se entre al universo del mito con un calzador invisible que nos empuja con suavidad y siempre con la distancia de un humor inteligente y ventilado, como si los aires de la antigua Grecia soplaran desde algún rincón del escenario.
Los espectadores pudimos participar en este drama de la posesión de los arquetipos que son los dioses, que juegan con los mortales como se los apetece, mientras nosotros, los humanos, nos dejamos llevar, como corderos que obedecen dóciles y obedientes a estos señores con sombrero de copa que son los arquetipos a los cuales rendimos homenaje, como Freud tan bien nos explicó. El amor, la pasión, los celos, la desconfianza, la incertidumbre…, todos estos conceptos desfilan por el escenario de La Canica, y el espectáculo se convierte entonces en una experiencia de conocimiento, en un ritos contemporáneo dirigido a los niños y a los adultos por un igual, al cual irrumpe a escondidas aquel enigmático aliento de los Misterios Órficos de la Grecia antigua.
Lo consigue La Canica sin renunciar ni a la calidad ni a las profundidades del mito, básico y fundamental para tratar como dios manda al público familiar e infantil.
Después de obras tan exitosas como Historia de un calcetín, Sirenita o El Elefantito, La Canica ha encontrado con Orfeo una plenitud y un ‘savoir faire’ admirables, en la línea de un teatro clásico que se sustenta en la libertad absoluta en cómo explicar una historia. Un camino de trabajo siempre rico en agradables sorpresas.”